Hasta en las familias mejor avenidas las herencias suelen traer complicaciones. En ocasiones, llegan a provocar rupturas entre hermanos e incluso viejos rencores que se creían olvidados o perdonados, vuelven a resurgir.
Este ritual tiene por objeto allanar la mayoría de las dificultades que presenta una herencia y resolver las tensiones que pudieran surgir de la manera más beneficiosa para el oficiante.
OBJETOS NECESARIOS
Un folio de papel – Una tijera – Un cono o varilla de incienso de pachuli – Una vela amarilla – Un lápiz – Una saquito pequeño, preferiblemente amarillo – Tres hojas de laurel
Ritual
• Encender el incienso de pachuli y la vela amarilla.
• Cortar el folio en tantos trozos como haya que repartir la herencia.
• Poner en cada uno de ellos las iniciales de los herederos.
• Guardar los papeles así cortados en el saquito, junto con el laurel.
• Ocultar el saquito, bien cerrado, hasta que la herencia sea repartida.
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